«El 'blockchain' nos permite repensar los pagos internacionales»

La escuela de negocios Iese organiza su evento en busca de propuestas incipientes que promuevan un cambio en el mundo a mejor.
El evento reúne a altos directivos que destacan por la defensa social y medioambiental. La revolución digital está cambiando el mundo, una transformación la encarnan desde Bill Gates hasta Marc Zuckerberg y que nos sitúa al borde de la cuarta revolución industrial. Sin embargo, la brecha entre ricos y pobres se agranda cada vez más y los problemas medioambientales cada día son más palpables. En busca de propuestas para cambiar este mundo, Iese Business School organizaba un año más su evento Doing Good Doing Well que como el vicepresidente del evento, Avinash Bharnini, explicaba, este año se ha concentrado en los proyectos empresariales que están cambiando el mundo en diferentes sectores.«Nuestra misión es acelerar la transición del mundo hacia el transporte sostenible», afirma en su intervención Jelle Vastert, director de infraestructura para Europa de Tesla. Son, por descontado, las baterías y su autonomía el gran handicap del vehículo eléctrico. Por ello, Tesla se sitúa entre los primeros puestos en la carrera por mejorarlas. «Mientras tratamos de construir un coche asequible intentamos proveer de soluciones energéticas que sean cero emisiones», explica Vastert. Otro sector, más inmovilista y que está experimentando grandes cambios es la banca -o fintech en su versión renovada-, de la que ya existen más de 12.000 start ups en todo el mundo. La jefa de innovación de CaixaBank, Mariona Vicens, contextualiza que aproximadamente 2,5 mil millones de personas no están en un banco y confían en el dinero en efectivo o en servicios de finanzas informales. Sin embargo, en torno a mil millones tiene acceso al móvil.Dirige la directiva hasta un ejemplo paradigmático en Kenia, donde utilizan el móvil para pagar los recibos que aquí se pagan de forma tradicional.
«En África es posible hacer una transacción por sms entre dos personas. Es la forma más fácil y el coste de inversión en otro tipo de infraestructura sería superior», apunta Vicens.Se refiere también a la transformación que implica el modelo de crowdfunding, habiéndose destinado hasta 16 mil millones de dólares americanos a plataformas de este tipo el año pasado.Evidencia del éxito de este modelo es que de cada una de sus tres subtipos existe un negocio ampliamente conocido. Esto es, Crowd Cube es un ejemplo de plataforma de crowdequity; KickStarter de un modelo basado en la donación y Lending Club, que responde al préstamo.
La inversión en la moneda digital o bitcoin y toda la tecnología detrás de ella, el blockchain, ha crecido de forma significativa en los últimos dos años. En este sentido, la directiva considera que la distribución de capas asociado a él y el blockchain en sí, supone más una oportunidad que un desafío.«Podemos repensar la manera en que procesa un banco, sobre todo en el espacio de pagos internacionales», aventura Vicens desde una perspectiva positiva. No obstante, se detiene para matizar que es necesario tomar en consideración ciertos riesgos porque la transacción es inmediata.Reflexiona que dado que la tecnología se encuentra en etapas iniciales hay mucho camino por andar y probar. Y apuesta por dar los primeros pasos en colaboración con partners.
Por su parte, Michele Guiddens reflexionaba acerca del poder que tiene el inversor en el impacto social y sobre la sostenibilidad: «inversión responsable», que lo llama. Contempla esta experta una evolución de las inversiones desde una primera generación en la que primaba el obtener beneficio, una segunda guiada por la innovación y augura una tercera, la de los milennials, cuya finalidad será mejorar la sociedad; bien desde el punto de vista medioambiental bien social. De hecho, dibuja un escenario futuro en el que, mirando atrás, nos preguntaremos: «¿Te lo puedes creer?». Finalizando su intervención instó a los futuros directivos de la sala a preguntarse si quieren montar un negocio para tener un impacto en el mundo y qué tipo de impacto quieren tener para construir el mundo del futuro.
Fuente: El Mundo