Todo lo que puede cambiar el coche eléctrico sin conductor en la vida de las ciudades

Una ciudadana de Singapur llamada Olivia Seow fue una de las primeras en probar el taxi eléctrico sin conductor. A través de una aplicación en su móvil, llamó a nuTonomy, y en pocos minutos un Mitsubishi i Miev se plantó en la puerta de su casa.
El coche y la aplicación han sido desarrollados por Mitsubishi y el MIT (el Instituto Tecnológico de Massachussetts), de modo que Singapur se ha convertido en la primera ciudad en estrenar un servicio de taxis sin taxistas.
Este taxi por ahora se limitará a un distrito de Singapur llamado One North que tiene 6,5 kilómetros cuadrados pero con el tiempo se irá ampliando. Por ahora son solo seis coches Mitsubishi y Renault Zoe, pero ya están otras marcas trabajando en el mismo proyecto en todo el mundo.
Si usted es taxista y ha leído hasta aquí todavía tiene unos años para reciclarse. Pero muy pocos porque el coche eléctrico autónomo va a llegar más rápido de lo que se piensa.
Tesla, la empresa de EEUU más avanzada en coches eléctricos, tiene coches recorriendo todo el país sin que el conductor necesite nada más que mirar por la ventana. Es verdad que ya ha tenido un accidente mortal que saltó a las portadas de los medios, pero hubo otro caso en que un hombre sufrió un infarto mientras iba en un Tesla, y programó el coche para que lo llevara al hospital. El coche le salvó la vida.
Los vehículos eléctricos con o sin piloto automático van a cambiar nuestras vidas. En el parque Científico y Tecnológico de Guipúzcoa, situado en San Sebastián, ya circula un pequeño autobús eléctrico sin conductor. En Helsinki, la capital de Finlandia, ya los tienen circulando normalmente por las calles. Se llaman Easymile EZ10Y los japoneses esperan impresionarnos en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020 con una flota de autobuses eléctricos sin conductor.
La ola de los vehículos eléctricos sin conductor, guiados por radares y GPS va a cambiar el mundo. Hace poco, Tim Cook, presidente de Apple, dijo que dentro de pocos años, no hará falta comprarse un coche. Estarán circulando por las calles permanentemente, y a nuestro servicio.
Es cierto: todavía da un poco de miedo pensarlo porque eso significa poner nuestra seguridad en manos de una máquina, pero la verdad es que la mayoría de los accidentes proceden de la torpeza humana, de nuestra falta de cautela. Las máquinas se equivocan menos que los humanos.
Cambio de paradigma
¿Qué significará para las compañías de seguros una ciudad llena de vehículos eléctricos más seguros y autónomos? Que sus ingresos por primas de seguros del automóvil van a caer hasta un grado ínfimo. Tendrán que buscarse otras fuentes de negocios porque no hará falta pagar primas tan altas.
Los coches eléctricos cambiarán también la forma de construir edificios. En Valdebebas (Madrid), por ejemplo, ya hay promociones que incluyen las preinstalaciones para cuando llegue el día en que un vecino decida cambiar su coche de gasolina o diesel por un eléctrico.
Los coches eléctricos son cada vez más potentes y tienen más autonomía. Tesla ha logrado que su modelo S acelere de 0 a 100 en poco más de dos segundos, lo cual lo pone a la altura de los grandes bólidos.
Ya hay carreras de Fórmula E, que son vehículos monoplaza ultra potentes, cuya temporada inaugural fue en 2014. Las carreras son promovidas por la Federación Internacional del Automóvil, y atraen cada vez más seguidores. Mónaco, México, París, Buenos Aires y Berlín son las ciudades de la temporada 2016-2017.
Una de las cosas que cambiarán en las ciudades será el ruido: los vehículos eléctricos son silenciosos. Los ciudadanos recordarán como una pesadilla aquellos días en que no podían escuchar la televisión de su casa cuando pasaba un camión o un autobús de línea.
El vehículo eléctrico se irán imponiendo a medida que bajen los precios, las baterías permitan mayor autonomía y haya más estaciones de carga. En EEUU, Tesla permite cargar gratis a sus coches en las estaciones que está repartiendo por todo EEUU. Por ahora, con 20 minutos de carga, el coche ya puede recorrer más de 200 kilómetros.
Es cuestión de tiempo en que el repostaje iguale al vehículo de gasolina o diésel, y que haya tantas estaciones que ya no valga la pena comprar un vehículo de motor de explosión. Cuestión de muy poco tiempo.
¿Y qué pasará con las grandes petroleras? Los combustibles fósiles se destinan principalmente al transporte y son los que más contribuyen al efecto invernadero. De modo que los ejecutivos de esas compañías, igual que los taxistas, tendrán que pensar en otra ocupación.