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El electrificante futuro del coche eléctrico


Bloomberg New Energy Finance ha publicado recientemente los resultados de un estudio en el que afirma que en pocos años el precio de los coches eléctricos (EV) se equiparará al de los actuales basados en combustibles fósiles. Con una proyección sobre el futuro precio de las baterías de iones de litio (uno de los elementos que más encarecen el precio final de estos vehículos, y que suponen un tercio de su precio final), que ya ha descendido aproximadamente un 65% desde 2010, todo apunta a que en algún momento de la década que viene (y es probable que sea más cerca de su principio que de su final) la opción eléctrica ya será más económica que las actuales. Y eso es sólo el principio, en 15 años el precio de las mismas podría haber disminuido hasta un tercio de su valor actual. Esto empujaría las ventas de los EVs hasta hacer que en 2040 el 35% de los coches que se vendan sean eléctricos.

Este cambio supone, en una primera lectura, una gran revolución de la que el gran beneficiario sería el medio-ambiente. La disminución de emisiones es una obligación que el ser humano tiene con las futuras generaciones, y la proliferación de los vehículos eléctricos va precisamente en esa línea, por lo que a priori se trata de una buena noticia. Sin embargo hay un aspecto que no debemos perder de vista, y no es otro que el del crecimiento de la demanda de electricidad que conllevará esta nueva revolución del motor. Según la previsión de Bloomberg esta crecerá hasta los 1.900 teravatios / hora, un 10% de la producción actual, por lo que la apuesta por los sistemas limpios de generación de electricidad (y especialmente aquellos centrados en las energías renovables) sea más decidida que nunca. De lo contrario, corremos el riesgo de mantener la dependencia de los combustibles fósiles y, por lo tanto, de no reducir las emisiones tóxicas tanto como sería posible. De nada sirve que los coches no contaminen, si el proceso mediante el cual se genera la energía con la que se alimentan sí que lo hace.

Hay otros muchos aspectos importantes para que se cumplan las previsiones de Bloomberg: aumento de la autonomía de los coches, crecimiento de la red de estaciones de carga, procesos de carga más rápidos… hay bastantes piezas que deben afinarse para que el coche eléctrico se anote el éxito previsto por Bloomberg, y son tareas en las que ciencia, industria e instituciones públicas tendrán que trabajar de la mano para que un día, no tan lejano, nuestros hijos y nietos puedan echar la vista atrás y observar, con una mezcla de curiosidad y sorpresa, los tiempos en los que arrancar el motor del coche suponía tener que recurrir a combustibles contaminantes. Y no es por restarles importancia, pues sin los mismos la evolución del ser humano durante el los siglos XIX y XX no habría sido posible, pero cada vez está más claro que su tiempo está pasando, y que el futuro debe ser limpio, o de lo contrario puede que no sea.

Fuente: Teknlife

GRUDILEC

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